La confianza, ese término que nos enseñaron desde pequeños.  Confía en tus familiares, en los que están cerca y no confíes en aquellos que no conoces. No  recibas nada de alguien que no conoces y no hables con extraños, nos decían.  Pero muy temprano también descubrimos ese delgado límite entre lo uno y lo otro. No confío porque no te conozco, pero mucho gusto mi nombre es tal vamos a jugar y ahí ya hay una confianza a través de un vínculo, por pequeño que sea.

 

 La confianza siempre nos la mostraron como algo externo, confía en los demás, confía en tus profesores, en tus autoridades, en tus papás, en tus hermanos, pero no muy seguido escuchamos, confía en ti, confía en tu criterio, en lo que piensas, en lo que dices. Y aquí ocurre lo mismo, ¿somos conocidos para nosotros mismos? A veces el auto desconocimiento hace que no contemos con la confianza suficiente hacia nosotros, y tiene sentido, si no nos conocemos, ¿cómo vamos a confiar en nosotros mismos? si no nos conocemos ¿cómo vamos a confiar en que vamos a realizar un buen trabajo, en que nos vamos a orientar y en que vamos a cumplir nuestras metas? Si no nos conocemos ¿cómo pasamos ese delgado límite entre no confiar y confiar en nosotros mismos? 

 

Por experiencia creo que es clave liberarse del ruido alrededor, ese ruido que uno mismo genera con el día a día y los pensamientos encontrados, ese ruido que impide escuchar tu voz, no solo tu voz interior, sino tu voz en general. Te das cuenta que cuando comienzas a restarle importancia a las demás voces y te concentras en la tuya, algo muy importante pasa. Comienzas a reconocerte y te ves a los ojos en el espejo y sientes que te conoces cada día más y comienzas a aceptarte y a quererte de una forma más genuina porque ese amor viene del conocimiento de ti mismo, reconoces tus habilidades, tus debilidades pero sobre todo reconoces lo que es valioso para ti, lo que te anima, lo que te hace levantarte cada mañana y decir sí a la vida a pesar de todo. 

 

 Entonces ahí, en ese momento, sientes la confianza en ti mismo y podrás tener la certeza de decir: “yo confío en mí porque me conozco, me gusta esto, no me gusta aquello” y te sentirás tranquilo al expresarlo y finalmente esto puede llevarte a un crecimiento en las situaciones límite en las que nos pone la vida, situaciones que no podemos cambiar, de las que no podemos salir pero que podemos aceptar y desde este punto crear la nueva realidad que queremos vivir.

Tatiana Sedano

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